Al calor de Lacrimosa

El almanaque dice que el verano en Buenos Aires terminó. El Teatrito, todo lo contrario. Lacrimosa transpiró la camiseta, subió la temperatura y los fans, como siempre, agradecidos, hasta las lágrimas.

Lacrimosa viene girando hace casi 30 años. Esta gira por America latina, con escala porteña podría decirse fue mágica, pero sin misterios. Por primera vez en su vasta carrera los alemanes góticos dedicados y porque no, delicados, trajeron un arsenal de hits. Qué mejor entonces para quien los espera con ansiedad aguardando esa gema que en cada disco surge como un pétalo negro. O blanco. O en blanco y negro que para Tilo Wolff y los suyos, nunca atrasa y es la paleta desde donde pintan su universo sinfónico, barroco, oscuro, metalero y dramático.

Mandoble abrió la noche pero la trompada del calor agobiante la aguantaron estoicamente quienes coparon el reducto de Sarmiento y Callao. A las nueve de la noche, Ich bin der brennende Komet puso primera y el motor alemán empezó a calentar aún más el lugar que supo albergar alegrías brasileñas.

Una veintena de canciones, en una lista bien balanceada sería celebrada por un publico que vibró al ritmo de esos clásicos que había ido a buscar, ver y escuchar. Un locuaz y comunicativo Tilo secundado por la bella Anne Nurmi agradecería en castellano tanto amor recibido. Nach dem Sturn, Shakal, Not Every Pain Hurts precedieron a la primera ovación, que vino de la mano de la climática y lúgubre Den Morgen Danach. Sin respiro y al calor de una noche que adentro agobiaba, los pioneros del metal gótico alemán pararían recién pasada la docena de canciones.

Los bises dijeron presente y llegaron en tandas. In Schatten Der Sonne, Thunder and Lighning y Feuer, precedieron a Copycat y a Alles Luge.

El ritual que terminaba al calor teutón seguiría en la vereda o en alguna pizzería de la zona. Regado por cerveza fresca, lejos de la calidad germana pero que aún así sirva para apagar tanto calor de un verano que como siempre se resiste, insiste y persiste.

Como Lacrimosa que lo hizo otra vez al calor de sus hits, eso que no rotarán en las radios ni coparán los charts pero que como el sol, siempre están.