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Jornada a puro metal en el barrio de Congreso. Tarde de sábado y yo corriendo al «El Teatrito» apresurado por ver a Tungsteno, el primer plato de este suculento banquete de música pesada. Minutos antes de las 7 pm la banda argentina ya pisaba el escenario del recinto ubicado en la calle Sarmiento. «Somos los encargados de tocar a esta hora» decía Gabo, cantante del quinteto. Me hubiera gustado verlos más tarde, si bien la cantidad de gente en la sala era respetable, todavía faltaba llegar más público que hubiera, dado un clima más festivo al asunto. No fue un factor que haya perjudicado el show ni mucho menos. Sonaron clásicos como «El escuadrón del Thrash», «La guarida de los chacales» y «Te-Thrash». Tungsteno es un grupo que no baja la marcha jamás, por eso su vocalista afirmaba «tocar lento es como coger con un travesti, todos lo han hecho pero no es tan divertido». Más allá del chascarrillo, la realidad es que jamás bajaron la velocidad. Ni el vino. Gunner fue el segundo acto. Con un Outfit totalmente Glam e imágenes de fichines retro en las pantallas de fondo, el grupo inició su presentación con su guitarrista pidiendo más retorno. «Me falta todo», afirmó. Regularizado ese asunto la banda siguió adelante y brindó un show entretenido. Su vocalista fue el que más contacto tuvo con el público: «No puedo más ¿Cuántos temas tocamos ya?, Tenemos que bajar un par de kilos «. Ese fue el tono del cantante con la gente todo el tiempo, bromeando sobre la banda. La agrupación cuenta con cuatro discos y se prepara para lanzar el quinto a través de Icarus. El set finalizó con el remanido cover de Alice Cooper: «Poison».

Metal Crucifier es una banda Thrashera de Perú. Con un sonido claro y bastante al frente los muchachos lo dieron todo. Se los notaba sinceramente contentos de tocar en Argentina. El público estuvo bastante atento y varios se acercaron al escenario para ver de qué se trataba. Canciones como «Legions to War» y «Lord Of 666» me dieron la energía suficiente para ir hasta la barra a comprar cerveza. El grupo viene acompañando a Skull Fist desde el norte y está claro que sienten gratitud hacía los argentinos. Expresaron palabras de agradecimiento y solidaridad con la causa Malvinas, una cuestión recurrente en nuestro vínculo con los hermanos Incas. Un hecho anecdótico fue sobre el final del show, cuando se disponían a sacar una foto con el público de fondo y les cerraron el telón. Sin dudas no fue a propósito y cuando la organización se dio cuenta lo volvió a abrir para así, poder tomar la merecida postal de comunión con los asistentes a su enérgico despliegue sobre las tablas. Para el momento en el que Steelballs se adueñó del escenario yo estaba un poco más atrás del recinto. Por suerte la temperatura esa tarde era ideal y con la llegada de más gente subía un poco el calor. Razón por la cual seguí tomando cerveza mientras revisaba el puesto de merchandising. Steelballs se trata Power Metal nacional hecho derecho. Tocaron temas de su último álbum: «The Neverending Fire», lanzado también por Icarus. No hubo mucha interacción con la gente y dedicaron gran parte de su tiempo a tocar su repertorio. Los horarios pautados estaban un tanto retrasados, quizás esa haya sido la razón. Pulgar en alto y cuernitos entonces para las «Bolas de Acero» y se acercaba el cierre de una noche vertiginosa de Speed Metal.

Skull Fist se presentó por segunda vez en nuestro país. La primera había sido en 2019 en Mvseo Rock, antes de la pandemia y el mundo era un lugar diferente. El año pasado lanzaron «Paid in Full» y esta nueva visita sirvió para mostrar en vivo temas de esa placa como «Long Live The Fist», «Blackout», «Heavier Than Metal». La presentación se vio interrumpida después de la segunda canción debido a problemas en la guitarra de Brett, violero sesionista de los canadienses. Durante ese impase la gente comenzó a cantar y arengar algo que se destaca usualmente en estas latitudes, afortunadamente el hiato duró poco y se reanudó lo más rápido que se pudo. Zach Slaughter es un líder carismático y un gran guitarrista, la base formada por JJ Tartaglia en Batería y Casey Guest en el bajo ya tiene varios años y se nota que está asentada y hay buena onda.
Tampoco faltaron los clásicos «Hour To Live» (con ése abrieron), «You’re Gonna Pay» y «Bad For Good». Hubo dos Bises: «No False Metal» primero y «You Belong To Me» para terminar lo que fue un show corto pero efectivo (no debe haber durado más de una hora). No sé con qué saldo se fueron los canadienses pero jugando con el nombre de su último lanzamiento, está todo pago.

Cronica Tony Esmoris

Fotos Huberto Andrada

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