La relación de intenso amor gunner entre Argentina y miembros de GUNS N’ ROSES data de más de treinta años. Sin embargo, el talentoso y prolífico GILBY CLARKE tiene una intensidad particular: no solo ha llegado a presentarse en el país más de tres veces en un mismo año – 2007 – sino que vino cuando nadie lo hacía – 2001 -. Ahora, mientras estamos en plena crisis económica, Gilby volvió a decir presente, esta vez en el glamoroso Teatro Vorterix, uno de los recintos más cómodos para disfrutar de un evento en vivo.
La jornada comenzó con MICA, es decir, el proyecto de Mica Racciatti en formato eléctrico, un set cargado de pesadez, particularmente por la concentración en la mezcla de enfatizar los graves. La banda se caracteriza por su virtuosismo y flexibilidad, de hecho, interpretaron “El Témpano”, canción de JUAN CARLOS BAGLIETTO, en dos formatos, a capela y en versión Hard Rock. La banda se dio el gusto de hacer un snippet de “Domination”, clásico de PANTERA. Con una base sólida de fans y un respetable sonido, MICA fue un buen comienzo para una jornada de Hard Rock.
Llegó el momento de los hispanoargentinos de CICLONAUTAS, un trío de Hard Rock ecléctico, con un sonido realmente perfecto: cada instrumento podía apreciarse con nitidez. Esto se notó en canciones con mucha atmósfera como “Matando al Suicida” – con la batería de Alén Ayerdi cargada de reverb. Esa claridad se notaba en el virtuosismo de Javier ‘Txo’ Pintor – bajo – y en Mai Medina – voz y guitarra -, este último más que entusiasmado con el público, agitando y recibiendo su feedback, bastante enérgico, con seguidores fieles. Una buena muestra de Hard Rock: el final con “Dele al Play”, “¿Qué Tal?”, y “Bienvenidos Los Muertos”, fueron una excelente demostración de cómo el Rock “clásico”, por darle alguna categoría, aún continúa vivo con CICLONAUTAS siendo una prueba de ello.
A las 22:20 hs, Gilby salió a escena con “Monkey Chow”, esa gema de 1995, allá a lo lejos, con el majestuoso It’s 5 O’Clock Somewhere de SLASH’S SNAKEPIT. Para destacar que desde el comienzo la banda de Gilby, un trío para ser más exactos – EJ Curse en el bajo, y Troy Farrell en batería -, sonó con una deliciosa perfección que nos permitió disfrutar del espectáculo. Esta hazaña no la logra cualquiera, ya que es común que en el inicio los desperfectos sonoros sean la norma y no la excepción. Hacía una semana que el mismisímo SLASH había estado en Argentina, y luego de unos días Gilby replicaba lo que su ex-ladero había hecho. Intro de batería y un bajo presente dan la señal del clásico “Under The Gun”, ganchero como pocos que puso al teatro en ebullición, seguido de “It’s Good Enough for Rock n’ Roll”. Con esto, el señor Clarke ya cubría su etapa de Swag (2001), un álbum esencial en la carrera del multifacético rockero.
Esa palabra clave, “gancho”, es lo que tienen las canciones de GILBY CLARKE. Como compositor, sabe a la perfección dónde golpear. Haber incluido canciones de riffs marcados como “Tightwad” o “Cure Me… or Kill Me…”, no solo demuestran la sapiencia del músico, sino el buen gusto para una noche que, en el fondo, se trataba de eso, Rock and Roll. Allí están las raíces y el gusto de Gilby, y como género musical, como estilo en sí, es fácil encontrar limitaciones, pero GILBY CLARKE halla potencialidades, nuevos rumbos para explorar.
No podían faltar, claro está, los clásicos gunners. Con “It’s So Easy” y “Patience”, simplemente, nos hizo recordar por qué existe esa pasión desde más de treinta años que, desde ya, es recíproca entre banda y público cada vez que se encuentran. Y si de raíces se trata, el primer disco solista de Clarke, Pawnshop Guitars (1994) tenía un cover de ROLLING STONES, “Dead Flowers”, una gran rendición de un clásico que estuvo presente en la noche porteña. Merece una reflexión aparte la dedicación, más que sentida, que Gilby hizo a Wayne Kramer, el recientemente fallecido guitarrista de MC5: la dedicatoria fue con “Knockin’ on Heavens Door”. Esa emoción, el carisma, es la clave para que GILBY CLARKE se gane al público, ya que se lo ve entusiasmado, repleto de emoción, alegría: todos sentimientos genuinos al regresar a Argentina. Lo mismo puede decirse de su virtuosa banda. Para sorpresa de todos, luego del esperado “It’s Only Rock ‘n’ Roll (but I Like It)”, el grupo cerró el show con “Rock and Roll All Nite” de KISS, adornado con snippets de “Love Gun”. Un final inmejorable.
En una nueva presentación de GILBY CLARKE por latitudes argentinas, el músico demostró su vigencia y talento, a fuerza de clásicos, reversiones y nuevas canciones. El amor gunner continúa siendo intenso. Esperamos su pronto regreso.